Independientemente
del resultado de la final de la Copa Oro 2015, en la que México pasó por encima
de Jamaica con un contundente 3-1, el camino azteca por dicha competición dejó un
sabor muy amargo en el paladar de cada fanático del fútbol, sin importar su
nacionalidad.
El
repudio generalizado luego de los partidos ante Costa Rica y Panamá, definidos
polémicamente, no se hicieron esperar y mediante protestas en las redes
sociales, México sufrió y sigue sufriendo con el fantasma de un trofeo vacío,
sin mérito.
Por primera vez en mucho tiempo, hasta la prensa mexicana, dio contra al medio por el cual se alcanzaba la final, toda vez que no siempre el fin justifica los medios.
Resulta
increíble que el equipo y la fanaticada azteca hayan celebrado la obtención de
su décima Copa Oro, tomando en consideración que lograron avanzar hasta la
final gracias a favores arbitrales, demostrando poco profesionalismo, más allá
que su compromiso con el fútbol ha quedado entredicho.
Con
excepción de los encuentros ante Cuba y Jamaica, el tri mostró poco fútbol, raramente, los partidos antes descritos
fueron el primero y el último; es decir, que iniciaron y culminaron con buen
pie el torneo. No obstante, el apodado coloso
de la CONCACAF, el supuesto mejor
equipo de nuestra confederación demostró que las barreras futbolísticas de
la región han ido desapareciendo, hasta el punto en que nos encontramos hoy en
día, con un nivel muy parejo.
El
mejor equipo en la cancha, no necesariamente gana los partidos, pero por lo
menos, se preocupa por ser efectivo y bajo una genialidad individual o una
maravilla colectiva cierra anotando goles en buena lid. En el caso mexicano, no
hubo ninguna de éstas, toda vez que su pase en cuartos y semis, fueron gracias
a la intervención de los centrales, quienes pitaron penales inexistentes para
darle a la CONCACAF la final con uno de los equipos que más masas mueve a nivel
mundial, en lo que a fútbol se refiere, México.
Esta
Copa dejó en evidencia la mafia que existe en el fútbol, que los tentáculos de
la corrupción están muy inmersos en nuestra confederación. Esperemos que todas
las investigaciones que se están realizando en torno a la FIFA impacten a la
CONCACAF con motivo de este y otros escándalos. Que caiga quien tenga que caer, porque no tiene perdón, ensuciar el deporte
en el afán de hacerse rico.
AS
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